
Una odisea diaria
El Transantiago ha mejorado paulatinamente y de a poco se han ido calmando los ánimos de los usuarios. ¿Pero que tanto ha mejorado? o mas bien ha sido que la gente se ha acostumbrado al caos diario.
De martes a viernes tomo el metro en Quilin a las 7:10, y de ahi la parada final es República. Obviamente despues de ir todo el rato apretujada, hay que pasar por una colapsada combinacion en Tobalaba, donde por suerte el metro cuadrado se puede usar un poco más, pero sólo hasta llegar a Baquedano, donde los vagones del metro vuelven a colapsar, y despues de eso es impensable como va a entrar la gente en la próxima combinación, Los Héroes, y siento que el aire no alcanza para todos...por suerte me bajo en la próxima estación.
Despues de estar la mayoría del dia en la Universidad, viene de nuevo el sacrificio de volver a subirme al metro. Ahora asfixiante, en invierno tambien, pero el aire caliente al menos quita un poco el frío.
Despues de estar la mayoría del dia en la Universidad, viene de nuevo el sacrificio de volver a subirme al metro. Ahora asfixiante, en invierno tambien, pero el aire caliente al menos quita un poco el frío.
Y de nuevo el atochamiento, ya no importa la hora, casi no hay minuto del dia en que los vagones del metro no vayan llenos durante la semana.
Y asi vuelvo a mi casa por el mismo recorrido, sólo que esta vez al llegar al Metro Quilín, debo esperar una micro, la que me deja a pasos de mi casa. Si es un día de suerte, no tengo que esperarla mucho.
Al final pienso que todo sigue igual, sólo que ahora lo siento como una rutina, en la que no tengo otra opción...